Es muy común que hoy en día me soliciten perder peso rápido o quieran quitarse los kilos que se ponen en determinadas vacaciones en dos días o bien que quieran perder grasa rápida de cara a la operación bikini siendo mayo, siendo este un intento desesperado y muy equivocado, que por desgracia está extendido en la población.
Esto se trata básicamente de un «atentado» contra nuestra salud y contra nuestro sistema hormonal, porque suelen llevarse a cabo dietas muy restrictivas, con déficits calóricos muy elevados (lo que denominamos «comer como un pajarito»), con tal de perder peso rápido y a toda costa, lo que conllevará realmente a una pérdida de peso poca duración en el tiempo, y luego, se ganará el doble de grasa corporal (recuperarás la grasa que perdiste y más de un 30% adicional 🤦♀).
Perder peso rápido y sus consecuencias
Por eso yo siempre explico que lo importante no es hacer restricciones calóricas severas ni hacer cambios drásticos, vamos a ver por qué.
Cuando perdemos grasa corporal por estar sometidos a un déficit calórico, se producen alteraciones hormonales y metabólicas que nos hacen aumentar el apetito. Durante mucho tiempo, este mecanismo de hambre-saciedad se ha dicho que estaba controlado por ciertas hormonas emitidas por el tejido adiposo, la más conocida la leptina, que es una hormona emitida en su gran mayoría por el tejido adiposo y que ejerce un efecto de supresión del apetito. Lógicamente cuando se pierde grasa, junto con una reducción calórica y de hidratos de carbono se emite menos leptina y la sensación de hambre no se ve emitida, por lo que aumenta (es por lo que muchos culturistas no pueden parar de comer después de una competición). A esta teoría tan extendida se la conoce como «teoría leptinocéntrica» o «Adipostato».
Sin embargo, sabemos que el tejido muscular tiene mucho que ver en esto, en un estudio conocido como experimento de Minnesota, se sometió a déficit calórico extremo a los sujetos. Las personas que bajaron de peso perdieron grasa pero también mucha masa muscular, y cuando volvieron a comer las calorías normales, la hiperfagia (aumento del apetito) no paró hasta que volvieron a coger sus niveles previos de grasa sino que continuó hasta que recuperaron sus niveles de masa muscular, pero a la par se produjo lo que conoce como engorde colateral, ya que sus niveles de grasa aumentaron aún más por encima de sus niveles basales debido a que no podían parar de comer.
Esto nos dice dos cosas: Primero que la teoría del adipostato no es la única que influye en el control de hambre-saciedad y que el tejido muscular juega un papel importante en ello y segundo que cualquier estrategia de pérdida de peso en la que se pierda masa muscular (sobre todo por restricciones extremas o por la no realización de entrenamiento de la fuerza) están condenados al fracaso y aquel se produzca un efecto yo-yo.
Conclusión
Se puede concluir que se deben evitar este tipo de dietas rápidas o milagrosas (dietas de batidos, etc.) es decir, todo aquello que suponga un cambio radical, ya que como hemos explicado anteriormente, estaremos atacando a nuestro sistema hormonal que se volverá contra nosotros.
Por ello, lo más importante es trabajar los hábitos nutricionales con un Coaching nutricional adecuado, en un periodo de tiempo coherente, para que podamos respetar nuestra masa muscular por un lado, para perder grasa sin luego recuperarla y sobre todo, que no se produzca el efecto rebote, de esta forma estaremos respetando el funcionamiento de nuestro sistema hormonal.
Además, y esto tengo que mencionarlo debido a que me encuentro con casos similares entre algunos de mis clientes, y es que hay que tener mucho cuidado con las intervenciones «simples» en relación al manejo del peso corporal en los adultos mayores obesos, ya que cualquier pérdida de peso, ya sea intencional o no, puede tener efectos perjudiciales mediante el aumento de la sarcopenia (pérdida de masa muscular).
Se estima que aproximadamente el 25% de la pérdida de peso conseguida con las dietas de bajo valor energético (hipocalóricas) a corto plazo, es la pérdida de masa muscular y a medio plazo, el peso que se suele recuperar después de esta pérdida de peso, es predominantemente masa grasa.
Y como sabemos, es algo muy común entre las personas que buscan adelgazar, repetir fases de pérdida de peso de forma brusca y después pasado un tiempo recuperarlo, lo que podría agravar y propiciar un estado de sarcobesidad (pérdida de masa muscular y aumento de grasa).