Tener una vida sana y con salud no sólo se refiere a gozar de un buen estado físico y no padecer alguna enfermedad. De hecho la OMS, Organización Mundial de la Salud, afirma que la salud es un estado integral donde debe haber bienestar mental, físico y social basado en la práctica de buenos hábitos saludables.
Estos hábitos saludables están relacionados con la realización de ejercicio físico, llevar una vida activa físicamente, tener una alimentación equilibrada, una buena relación con el medio ambiente, tener actividad social, manejar correctamente los niveles de estrés, sentirse realizado y trabajar la motivación (ya sea con el trabajo profesional o con actividades extra) y, por supuesto, tener muy en cuenta todo ello para la prevención de la salud.
Bajo este escenario se pueden ver con mayor claridad cuáles son los hábitos de vida saludable que debes integrar a tu vida lo más pronto posible si es que no los tienes, o cuál de ellos debes trabajar algo más para poder cumplir con los cinco. Todo con el fin de tener más bienestar y calidad de vida.
5 hábitos saludables que mejorarán tu vida
1. Dieta saludable y equilibrada
Una dieta saludable contempla que puedas comer los alimentos saludables y requeridos por el cuerpo, pero en las cantidades suficientes y necesarias para que tengas las calorías y nutrientes adecuados para desarrollar tus actividades. El organismo necesita nutrientes, grasas, proteínas, fibra vegetal, todo en su justa proporción. Procura eliminar la bollería, los refrescos y zumos azucarados y evita el consumo excesivo de sal.
Una de las cosas más importantes en la alimentación es que no te obligues a hacer dieta como si fuera parte de un castigo. Consulta con un experto en nutrición para que te ayude en la planificación de tu dieta y tu forma de alimentarte, que se ciñe a tus particularidades (nivel de actividad, posibles alergias, preferencias y gustos, etc.) con la que puedas vivir a diario y le tomes cariño, para que de manera fluida y natural logres cambiar hábitos alimenticios hacia unos más saludables, equilibrados y que cumplan con los requerimientos de tu organismo.
Los resultados los verás a largo plazo, no debes de tener prisa, las prisas no son nada buenas, seguro que lo sabes de experiencias anteriores. Pero sí que es verdad, que al empezar podrás notar las diferencias en tu cuerpo y en tu metabolismo. Eso sí, no te obsesiones con el peso, porque debes ceñirte a la composición corporal.
2. Practicar ejercicio físico habitual y tener una vida activa
Lo ideal es practicar unos 30 minutos de ejercicio físico diario (al menos). Incluso puede ser sólo caminar a paso rápido durante media hora, eso te ayudará a fortalecer huesos, músculos, quemar calorías, regular azúcar y grasas en la sangre y controlar el estrés.
El ejercicio físico te ayudará a dormir mejor, mejorar la autoestima, evitar los cambios bruscos de ánimo y lograr relajarse. En ocasiones el ejercicio puede hacerse en compañía o en grupo lo que favorece la sana actividad social.
Pero aún así, aunque realices los 30 o incluso 60′ de ejercicio físico, debes complementar tu día con actividad físico, esto es, agregar movimiento siempre que puedas: usar escaleras en lugar de ascensor, si trabajas sentado levantarte cada 30′ a da un paseo de 5′, aparcar un poco más lejos para obligarte a caminar un poco, etc., pequeños cambios le darán a tu organismo grandes dosis de salud.
3. Hidratación
La cantidad dependerá de cada persona y sus necesidades particulares, pero sí que es verdad que al menos deberías tomarte entre 5 y 8 vasos de agua al día.
Recuerda que nuestro organismo se compone mayormente por agua y es fundamental mantener un correcto nivel de hidratación.
Procura hacerlo con agua y evita alcohol y refrescos azucarados o edulcorados. Obviamente algún día durante el fin de semana podrás salirte un poco de la norma.
4. Dormir adecuadamente
Dormir bien es esencial. Es como la base de carga de nuestro cuerpo. El descanso adecuado es muy importante para poder mantener nuestro organismo en correcto funcionamiento, nuestros músculos y nuestro cerebro rendirán muchísimo mejor.
Practica algún ritual de sueño para que no te cueste dormir y no tengas que recurrir a fármacos. Puede ser la meditación, no ver la televisión ni tablet ni móvil durante al menos 1 hora antes de irte a la cama, ponerte una música tranquila o bien leer un libro, etc. Cada uno tendremos nuestro propio ritual.
5. Adiós a los hábitos tóxicos
No forman parte de los hábitos saludables el consumo de alcohol, el tabaco, el alcohol y las drogas. Realmente afectan tu salud y mucho más de lo que te puedas pensar.
Por supuesto, todos tenemos algún día en el que nos salimos un poco, el problema viene cuando se convierte en un hábitos y nos salimos cualquier día de la semana y por cualquier razón.
Recuerda que tu cuerpo es tu templo, debes cuidarlo y mimarlo, es el recipiente de nuestra alma y es fundamental que hagamos las cosas con cabeza.
6. Ambiente limpio
¿Verdad que cuándo estás en algún lugar ordenado y limpio te sientes mejor? Pues eso, procura mantener tu casa y tu lugar de trabajo limpios y ordenados, eso te mantendrá el nivel de estrés por este lado, bastante controlado.
7. Rodéate de gente positiva
Mantente alejado/a (si puedes) de gente que te robe la energía o que estén siempre quejándose. Si es alguien del que no te puedes desprender (jefe o compañero de trabajo, algún familiar, etc.), entonces deberás trabajar tus emociones para que esta persona no ejerza influencia sobre ellas, para eso, puedes practicar mindfullness o realizar algún curso de inteligencia emocional o leer un libro sobre esto, te ayudará muchísimo, creeme.
8. Aprende algo nuevo
Mantén siempre tu motivación activa, lee libros que te aporten, apúntate a algún curso de algo que te llame la atención, sé parte de tu comunidad, ayuda a quién te necesite, etc. La motivación es el motor que nos mueve, es una recarga de vitalidad que nos viene de lujo para llevar nuestro día a día con alegría de vivir. Esto fomentará nuestros hábitos saludables y nos llenará de energía positiva.