Diferentes estudios relacionan la obesidad con el COVID19, en este artículo te daré a conocer cómo se ha llegado a deducir esto después de diferentes estudios relacionados en base a los afectados por esta actual pandemia.
Obesidad y el COVID19
Veamos paso por paso cómo se relacionan la obesidad y el COVID19.
La obesidad es una enfermedad metabólica crónica, compleja y multifactorial, asociada a un estado inflamatorio crónico.
Actualmente, la pandemia del COVID19 asola la totalidad del planeta y produce diferentes manifestaciones clínicas, destacando principalmente la enfermedad pulmonar.
Los factores de riesgo para las enfermedades infecciosas dependen tanto del huésped, del patógeno como del medio ambiente.
Se han descrito factores asociados a peor pronóstico de la infección por COVID19, la edad, enfermedades crónicas como la Diabetes tipo 2 y la Hipertensión, así como aquellas que comprometen el sistema inmune.
Al hilo de lo anterior, resulta importante destacar que la obesidad se asocia a una peor respuesta inmune y a mal pronóstico para las infecciones respiratorias, como ya se puso en evidencia durante la epidemia de la influenza A en el año 2009.
Este microambiente «inflamado» predispone a una respuesta inmune humoral y celular alterada, confiriendo por un lado mayor susceptibilidad y retraso en la resolución de la infección, con aparición de lesiones pulmonares severas.
Asociado a la inflamación, la obesidad predispone a un estado de hipercoagulabilidad, en este caso, potenciado por el COVID19, sin olvidarnos de las alteraciones en la dinámica respiratoria.
Publicaciones recientes relacionan a las personas con obesidad con mayor contagiosidad debido a que podrían exhalar el virus por más tiempo o favorecer la aparición de cepas más virulentas, de ahí a que se le debe prestar especial atención monitorizando y tratando de forma precoz y agresiva a las personas con obesidad.
Por eso, con datos como estos que reflejan la importancia de mantener un peso bajo control y una composición corporal adecuada, las políticas sociales deberían encaminarse seriamente hacia la promoción de un estilo de vida saludable, fomentar la práctica de ejercicio físico regular y unos hábitos nutricionales adecuados, con el fin de procurar un peso saludable que rompa la mala relación entre la obesidad y la infección.
Esta enfermedad multifactorial, la obesidad, genera muchísimas más respuestas negativas que son ya de sobra conocidas, y que en determinados momentos tales como el caso que nos ocupa con esta pandemia, sitúa a quien la sufre en una posición muy delicada y con una delgada línea que separa la salud de la enfermedad e incluso de la muerte.
Por eso es indispensable tomar medidas sociales y de comunicación constantes con el fin de dar a conocer a la sociedad cuán IMPORTANTE es mantener un peso adecuado y una composición corporal saludable, eso significará una gran diferencia en cuanto a la calidad de vida y en cómo nuestro organismo responderá ante ciertas enfermedades.
(Carretero Gómez J, et al. Obesidad y coronavirus 2019nCoV: una relación de riesgo. Rev Clin Esp. 2020.)