Empecemos por su definición, ¿qué es la ansiedad? Es una emoción muy parecida al miedo.
Las emociones son estados que surgen en situaciones determinadas y suelen tener una duración relativamente corta, estas reacciones son naturales y necesarias para preservar nuestra integridad física, ya que son estados de alerta que surgen cuando nuestro organismo detecta algo que le pueda afectar de una manera u otra.
Podemos entonces definir la ansiedad como una reacción emocional que surge ante una amenaza como lo son las situaciones de alarma, ambiguas o de resultado incierto y ante esto, nuestro organismo se prepara para actuar ante ellas.
Cuando sufres ansiedad, se refleja en un estado de alerta constante, te preocupas por multitud de motivos que pueden estar relacionados con el empleo, dinero, la salud, problemas familiares, etc., y posiblemente, en este estado, cualquier simple problema puede transformarse en algo terrorífico.
La ansiedad puede llegar a condicionar nuestra vida, ya que quienes la padecen, viven en constante preocupación y eso tiene sus consecuencias.
Además, nuestro ritmo de vida con tanto estrés no ayuda nada a reducir o mantener controlada esta situación.
Cómo te puede ayudar el ejercicio físico si sufres ansiedad
Lo más importante para prevenir la ansiedad es controlar los niveles de estrés, aprender a gestionarlo con técnicas adecuadas, que pueden ser practicando ejercicio físico o/y periodos de relajación o meditación, todo lo cual nos ayudará a tener mayor autocontrol.
Primero: debemos valorar las circunstancias concretas de cada uno.
Desde el punto de vista de un profesional del ejercicio físico, es indispensable que mantenga un feedback mucho más constante y adaptado con el cliente que sufre esta circunstancia, para regular la intensidad y tipo de ejercicio físico a aplicar.
La función del ejercicio físico en este caso, deja de lado el sentido estético y se centrará en el bienestar general y sobre todo, en la reducción del estrés.
Se deben añadir ejercicios de flexibilidad y movilidad más calmados que relajen la musculatura, así como aquellos métodos o sistemas que funcionen y se adapten según las circunstancias de cada individuo, por ejemplo, habrá personas que les venga fenomenal un HIIT de boxeo para generar adrenalina y soltar todo el estrés, pero habrá otros a los que le funcione mejor un entrenamiento de fuerza controlando perfectamente la respiración y practicando el mindfullness a lo largo de la sesión de entrenamiento.
Obviamente, el profesional que confeccione el entrenamiento, debe estar familiarizado con este tipo de situación y saber tratar a cada persona como necesita, para ello, si es tu caso y buscas un especialista, infórmale adecuadamente de tu situación y asegúrate que sabe lo que hace.
Con un buen trabajo adaptado a cada uno de nosotros, podremos reducirla y controlarla, con soluciones que pueden ir desde simples técnicas de relajación, respiración, además de incluir unos hábitos de vida saludables y, por supuesto, orientadas a reducir y prevenir el estrés.
Además, si estás siguiendo un tratamiento por este motivo, ya sea con un terapeuta o un psiquiatra, o si estás tomando algún tipo de fármaco para ello, el profesional del ejercicio físico debe tener conocimiento y ajustar lo que haga falta en función a cada caso.
El ejercicio físico como fármaco para reducir y controlar la ansiedad
El ejercicio físico es un súper fármaco para remitir y controlar la ansiedad (conjuntamente con el tratamiento paralelo de terapeuta o psiquiatra), eso sí, debe estar muy controlado para no ser contraproducente y no agravar la situación.
De ahí la importancia que cobra el entrenamiento personalizado y adaptado, y, como bien he indicado e insisto en ello, con un profesional especializado.
Así, a través de un programa de ejercicios individualizado y personalizado al máximo, disfrutarás de tu momento de entrenamiento y te sentirás mucho mejor en todos los aspectos.